LA VIDA INMEDIATA I. Mientras trabajo escucho la radio. Todo el tiempo. En estos momentos (siete de la mañana) acabo de oír la parte final de una entrevista a un escritor español (al parecer vanguardista, admira a Julián Ríos, al que no he leído aunque sé de sus afanes) de los que trabajan cuestionando la manera de hacer hasta ahora (más o menos) y buscan otro modo de contar historias, cambiando el modo de ordenar palabras e imágenes. En un momento de ese diálogo con el entrevistador afirma que ya está bien de escribir libros para los amigos, los poetas por ejemplo, y que él escribe para el mayor número de personas…escribiendo de otro modo y rompiendo moldes y ataduras con lo convencional, al parecer. Este tipo todavía no se ha enterado de que la gente no lee los modos conocidos y digeridos ya, así que, tratándose de un estilo rupturista con la tradición, que explora otros territorios posibles luego, irreconocibles, no será leído absolutamente por nadie (yo no lo haré, desde luego). Me parece que este hombre tan bienintencionado tendría que someterse a un profundo autoanálisis y desviar la dirección del tiro en el sentido de solo pretender ser leído por el menor número de personas. Entonces lo suyo sería coherente. O cambiar su estilo y escribir para revistas amarillas (las más leídas, supongo). O no, y el equivocado soy yo. Por mi parte, a mí, el que este diario lo vea más o menos gente, me tiene absolutamente sin cuidado, es más, cuantos menos lo vean, mejor. Dicho queda…
1 NOVIEMBRE 2016
© 2016 pepe fuentes