12 NOVIEMBRE 2016

LA VIDA INMEDIATA XII. Lunes, siete de noviembre. Como no tengo tiempo ni siquiera de hacer este diario he tirado del cajón de los textos descartados y copio uno de ellos. Me autocito: «VARIACIONES SOBRE LO MISMO (siempre a vueltas con lo mismo). Como solo he llegado a algunas simples y tontorronas ensoñaciones, nada tengo que contar de lo deseado y logrado. No se habla de los deseos incumplidos porque a nadie le gusta hablar de fracasos. A mí tampoco, o mejor dicho, sí, a mí sí, porque si no, no tendría ni siquiera eso. En fin, no todo es lamentable, porque lo no conseguido me impregna de una especie de saludable escepticismo, de distancia e ironía que me protege de algunas tonterías comunes de la viejud. Ah, sin olvidar lo más importante: no tener experiencias gloriosas que rememorar me libra de la dichosa y molestísima nostalgia y, sobre todo, de la imbecilidad en la que caen todos los que creen que han sido o han hecho algo en la vida. Sí, esos que se pasan la vida contando batallitas que ya no interesan a nadie y cultivando el lado patético de la memoria, que siempre lo es. Qué asco dan esas imbecilidades chochas: solo son boqueantes y babosas agonías. Así que aquí estoy, imaginando que me libro de algo pero que no, porque repito hasta la arcada que me libro sin librarme. Y si no, como prueba irrefutable, el texto de hoy. La única gracia que puede tener el asunto es que voy a la contra, pero también voy, como todos, con el patetismo a cuestas».