DIGRESION SEIS (tres). Ordesa, Manuel Vilas. Editorial Alfaguara. Podría seguir escribiendo de Ordesa durante muchos días, sencillamente porque el libro me ha conmovido, pero no lo haré, porque no es ese el propósito de este diario, ya que, si fuera así, debería ponerme de inmediato a escribir mi propia Ordesa, pero eso ya lo ha hecho Vilas, y me ha evitado ese Gólgota. O no, no lo sé. Sí, porque, aunque ya sé que no hay ninguna vida igual a otra, a pesar de que todas se parezcan demasiado y que casi todas supuren vulgaridad, siempre hay matices que nos singularizan, entre otros rasgos intransferibles, nuestros padres. No quiero decir que la mía, tan deficiente, se pueda aproximar a la de gran talento de Vilas, pero en muchas cosas, como en la condición de hijo e incluso de padre, tengo la impresión de que se parecen mucho (no así en su gran capacidad amatoria, de la que yo carezco), por eso su obra me ha llegado a las entrañas y, a veces, me ha entrecortado la respiración…
26 FEBRERO 2018
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