ESTO NO ES UNA DIGRESIÓN. Anoche vi la película -No sé decir adiós- de Lino Escalera. Me ha costado dos meses animarme a verla, porque siento pánico ante el hecho de ver morir a alguien lentamente, como muy probablemente me pasará a mí: agonizar penosamente con un cáncer irreversible. Temía que Juan Diego representara estupendamente el papel de enfermo terminal, dado el gran actor que es, y sí, se muere con un verismo escalofriante. Por lo demás, la película no me gustó especialmente, a pesar de que a la crítica en general le ha encantado. Por cierto, se muere demasiada gente en la sesentena, y siento mucho miedo porque estoy a punto de situarme en el centro mismo de esa fatídica edad (justamente en el momento que murió mi madre). Mejor lo dejo ya porque parece que voy a ponerme imposible…
9 ABRIL 2018
© 2013 pepe fuentes