29 SEPTIEMBRE 2018

DIGRESIÓN QUINCE. Hjartasteinn (Heartstone), Corazones de piedra. Islandia (2016). Guion y dirección: Guomundur Arnar Guomundsson. Intérpretes: Baldur Einarsson, Blaer Hinriksson, Arnar Jónsson, Soren Malling, Nina Dögg, Svein Olafur.  Historia de iniciación a la vida, a los sentimientos y al sexo. En una pequeña comunidad rural islandesa, un grupo de chicos adolescentes exploran apasionadamente sus sensaciones, sus deseos, sus imperiosa necesidad de amor y atención. Arnar Guomundsson les acerca la cámara con respeto, sin veladuras o falso pudor. Narrativamente es una película naturalista, valiente, asomándose en todo momento al precipicio. Los paisajes desnudos islandeses, austeros, fríos, transpiran dureza y soledad. Transmiten el terrible desamparo y fragilidad que ejercen sobre los seres que los habitan. En todas las películas islandesas que he visto, el paisaje y la luz son elementos esenciales de las historias que cuentan. Protagonistas también. Esta, a pesar de su aparente sencillez, muestra el desgarro con el que viven los adolescentes, contrastados con la frustrante soledad de los adultos.  El despertar de una sexualidad diferente e incomprendida en ese ambiente cerrado y la necesidad de amor lleva a los protagonistas y a sus compañeros a una existencia donde deben jugar con unas opciones que están por encima de sus posibilidades. Angustiosas reacciones de todos ellos, con pocas palabras e intensos y valientes gestos. A pesar de la morosidad del relato, la película compensa por su delicada y dramática belleza.