DIGRESIÓN CUATRO. Le lion est mort ce soir (El león duerme esta noche). Francia (2017). Guion y dirección Nobuhiro Suwa. Intérpretes: Jean Pierre Léaud, Pauline Etienne (y un montón de niños de los que su nombre no viene al caso hoy). Curiosamente, cuarenta y cuatro años después, Léaud, vuelve a una historia de cine dentro del cine. Esta vez muy distinta a la que coprotagonizó en 1973, La noche americana, de François Truffaut. Ambas con amour fou de por medio. Esta película es, sobre todo, un impresionante Léaud, una casa semiabandonada maravillosa, de esas que a mí me harían perder el sentido: habría fotografiado en ella hasta la extenuación, enajenadamente. No sé por qué de todos los motivos o escenarios fotográficos posibles, la decadencia, el tiempo pasado, el abandono, lo irrecuperable, el paso fatal del tiempo sobre edificios y objetos, tienen poderosísimo influjo en mí. No lo sé, pero así es. En esos lugares, mi motivación e incluso inspiración fotográfica se apiadan y acuden a mí como en ninguna otra parte. También a Léaud le habría fotografiado entusiasmado hasta donde me hubiera permitido. En esta historia, con algunas pinceladas surrealistas, o quizá mágicas, él está inmenso, la película es cada una de sus expresiones, de sus miradas y de sus temblores faciales que Suwa sabe captar maravillosamente. Y el león, también el león, en sus parsimoniosas apariciones. Sin embargo, la caterva de niños resulta molestísima con su estúpido e inverosímil juego de caza fantasmas y sus cutres y ridículas armas de plástico, vestidos espantosamente de niños de vacaciones. Su presencia en esta historia es intempestiva y ensordecedora. Esa ruidosa parafernalia insoportablemente infantil (no me gustan los niños) estropea una delicada y bellísima historia de amor mágico después de la vida, sobre la pervivencia de la memoria y, finalmente, del solemne encuentro con la muerte. Léaud, personaje de la historia, está rodando realmente una película (es actor) en la que muere y le preocupa mucho con qué actitud y cómo hay que encontrarse con la muerte realmente. A mí también, aunque aún no he llegado a la década en la que él dice que es cuando se producen los cambios y hechos más importantes en la vida de una persona, porque es cuando hay que preparar el transcendente encuentro, el más importante en la vida de un ser vivo, eso dice el personaje y también lo pienso yo.
27 OCTUBRE 2018
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