28 OCTUBRE 2018

© pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ROLLEI-INFRARROJA 400
Fecha de diario
2018-10-28
Referencia
5549

DIGRESIÓN CINCO. Disobedience, Reino Unido (2017). Guion y dirección: Sebastián Lelio. Intérpretes: Rachel Weisz, Rachel McAdams, Alessandro Nivola, David Olawale, Marck Stobbart, Cara Horgan. Ya me pareció que Lelio, en su aplaudida Una mujer fantástica sobre la que no llegué a escribir en este diario, ofrecía síntomas dudosos, a pesar de las cerradas ovaciones que provocó. En este caso, mis sospechas se confirmaron: todo huele demasiado a obvio en este autor. Veamos, nos cuenta que los judíos muy comprometidos con sus creencias, a nivel de rabinos incluso, resultan asfixiantes y que, para ellos, la vida se encierra en un catálogo de artificiosas creencias y normas a cuál más intolerable y banal. Hay que reconocer a Lelio que, a pesar de que cuenta algo que todo el mundo sabe desde hace milenios, lo hace bien. Nos muestra una apasionada (que no apasionante) historia de amor lésbico abortada por la cerrazón de una moral represora (qué esperaban viviendo donde vivían), entre dos mujeres jóvenes de alma lesbiana (ahora, casi todas lo son). Una de ellas escapa a Nueva York y se instala en un ámbito artístico (fotógrafa) y la otra se casa con el rabino que estaba cerca y queda atrapada para siempre. La primera vuelve al entierro del padre, una especie de Gran Rabino, del que no se había ocupado, sensatamente, porque con esas gentes no caben medias tintas: si te mantienes cerca te succionan y vives bajo la opresión de una culpa imaginaria que te rompe en mil pedazos, de por vida. Claro, la fotógrafa, dado que se había atrevido a escaparse, es muy mal recibida por la “comunidad”; en cuanto a la otra, como ha entrado en la jaula, casándose con un rabino, todo en su vida está normalizado, salvo lo más importante: ha entregado su alma a cambio de unos mendrugos de pan ácimo rancio. Con esas premisas argumentales, Lelio construye un romance tórrido de amor lésbico que no puede salir bien. Todo queda dentro de un parámetros perfectamente previsibles, donde los malos lo son sin solución y los buenos son víctimas, y así todo queda perfectamente subrayado y digerido. El mundo del cine celebra a Lelio porque suele manejar una colección de animosos estereotipos: hay un humanista sentido de la justicia que es de orden superior y que, veréis, yo os lo voy a contar. Muy probablemente, me pensaré mucho ver una tercera película suya.

Pepe Fuentes ·