UN VIAJE LEJANO, nada menos que a China (25) … A mí la elección no me supuso ninguna duda, bajaríamos despacio, evaluando y midiendo la perspectiva de la visión desde cada escalón (la pajarita lo hizo en ascensor). Abajo, los visitantes, muchos, como en todas partes, se dedicaban a lo suyo. La bajada en autobús resultó vertiginosa, con más de cien curvas cerradas de ciento ochenta grados que el conductor tomaba a gran velocidad y con el riesgo de un encontronazo con autobuses que circulaban en sentido contrario. Toda una electrizante experiencia. Llegamos sin novedad. En la ciudad comimos e hicimos tiempo hasta viajar al aeropuerto, ya que volábamos a Shanghái a la caída de la tarde. Nos despedimos de nuestra pajarita que tan amable había sido con nosotros y nos dispusimos a salvar los dichosos trámites del aeropuerto…
3 NOVIEMBRE 2018
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