DOROTHEA TANNING (1910-2012): Detrás de la puerta, invisible, otra puerta. Espléndido y sugestivo título. Muy literario. Dorothea fue la quinta mujer de Marx Ernst, pintor surrealista, durante treinta años. Ella, en muchas de sus obras, también fue surrealista. No conocía a esta artista, hecho que tiene que ver con mi incultura y no con su importancia, desde luego. Quizá había visto alguna de sus obras, pero no las recordaba. Del texto del folleto de presentación de la exposición: “Pretendía llevar al espectador hasta un espacio donde todo se oculta, se revela, se transforma súbita y simultáneamente; donde se pueda contemplar una imagen nunca vista hasta ahora”. Dorothea Tanning. Artista fuertemente implicada con la literatura, su obra parece estar inspirada y referenciada con un mundo culturalmente amplio y complejo. Contiene y ofrece un mundo misterioso, onírico e imaginativo único. Personajes fríos, distantes, en un estado de trance que parecen conectar con un secreto esencial, incomunicable pero contagioso. Su obra hunde sus raíces en los ambientes familiares infantiles: “El hogar se convierte de este modo en el espacio surrealista por excelencia, y su familiaridad se vuelve extraña”. Cartela exposición. Miras y miras sus personajes, inmersos en metafísicos escenarios y, aunque resulta imposible entrever sus designios, la atmósfera que impregna las composiciones y la coreografía intangible en la que han quedado detenidos, resulta hechizante. “un mundo de asombro perpetuo”…
27 NOVIEMBRE 2018
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