AFAL, una aproximación (colectiva, Fotografía). Todo partió de una revista de fotografía creada en Almería, dirigida por José María Artero y Carlos Pérez Siquier, que se publicó entre 1956-1963. Aglutinó a una generación inquieta y dispuesta a renovar, o más bien revolucionar, el panorama fotográfico del país de aquellos años, lo hizo a partir de un concepto y una estética: el realismo social, que además suponía, de algún modo, una alternativa plástica al adocenamiento artístico de la época franquista. Los autores más significados, Pérez Siquier, Masat, Cualladó, Oriol Maspons, Ontañon, Pomés y Schommer, practicaron un estilo claramente realista y crítico, casi expresionista, con sintaxis y técnicas muy homogéneas y apegadas al territorio y su idiosincrasia. Apenas había disidencias estéticas y conceptuales, salvo en el caso de Francisco Gómez, que exploraba un informalismo abstracto que fue de lo que más me interesó de la exposición. Gómez jugaba a otra cosa, más bien buscaba la forma por encima del testimonio social. En cuanto a la muestra en sí, también profusa y agotadora, resultó muy deficiente técnicamente. Cientos de copias “achicharradas”, pasadas de ampliadora, probablemente a partir de negativos también pasados que daban como resultado unos contrastes imposibles. Probablemente, esas imperfecciones tenían mucho que ver con los pobres medios de los fotógrafos y con el uso de deficientes materiales consecuencia de las escaseces de la época. Se nota mucho la improvisación y el autodidactismo de casi todos ellos. Lo sé bien porque yo siempre me he movido en esas coordenadas, con las mismas carencias. Mientras que en España se positivaba lamentablemente, en Europa y EE.UU. se hacía con un altísimo nivel. Aquella época y esa tendencia venía a representar una fotografía desarrapada que ahora, o se observa con mirada comprensiva, o se obvia. Sí, hubo algunos autores que con el tiempo alcanzaron bastante notoriedad, como Schommer o Pérez Siquier, quizá porque contaban con mayor potencial, y que fueron puente a la siguiente generación, la llamada Nueva fotografía española, de los años setenta, con gente como Jorge Rueda, Oriola, Fontcuberta, Carlos Villasante, Ferran Freixa, Ouka Leele, Pere Formiguera y algunos otros. Esta otra generación, muy distinta a la de Afal, sí que supuso un auténtico salto conceptual, cualitativo y formal, dado que sus componentes tenían un perfil cultural más complejo y una formación técnica netamente superior. También el país ya era otro, todo resultó más fácil después, o quizá más natural, creo. Sin embargo, quizá, esa Nueva fotografía española, no tendrá nunca la presencia y cohesión que tuvo Afal.
29 NOVIEMBRE 2018
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