UN CUENTECITO DE CALENDARIO II (el de todos los años) …Ahora que hemos decidido seguir con lo nuestro en el nuevo año, y no acabar todavía, hay que pensar en lo mejor que podríamos hacer. Eso de los nuevos buenos propósitos, al menos en mi caso, no me puede ilusionar porque ya los tuve el año anterior, y el anterior, y el anterior, y así hasta el comienzo de todo, con escasos resultados. Quizá tan solo puedo desear que la enfermedad nos respete y que Naty me siga queriendo (eso dice, y deseo que sea verdad porque si no estaré perdido). Yo a ella desde luego que sí, para siempre, y eso nos viene ocurriendo desde hace muchos años ya. Para dejar más claro todavía nuestro deseo de afrontar la vida juntos, nos casamos hace poco más de un mes. Uno de mis propósitos de estos últimos años era casarme con Naty, lo dije este mismo día del año pasado: …puede que Naty y yo nos casemos, pero eso solo es puñetera y molestísima burocracia… (aunque conveniente). Pues ya lo hemos conseguido; salvamos nuestra pereza hacia la banalidad (léase burocracia). Para este año no se me ocurren propósitos (ni buenos ni malos), así que no sé qué más podría hacer a partir de hoy y hasta el cuentecito de final de año. Quizá contar la boda (lo haré un día de estos) y hacer un viaje lejano de luna de miel, que también contaré. Tal vez el mes que viene, ya veremos. En cuanto a lo demás, pues nada, envejecer rutinariamente, que es lo más fácil porque no tienes que hacer nada; y lo más difícil, porque se trata de languidecer dándote cuenta día a día. Ah, y conseguir que el mundo te deje en paz, ya lo hace, luego eso también resultará sencillo. Tampoco espero arrebatos creativos o iluminaciones providenciales. Seguiré con este diario y leeré mucho, cada vez más, dentro de mis limitaciones; ya no conseguiré ser un gran lector. Cuando los grandes lectores, en la adolescencia, leían a los clásicos, yo leía novelas del oeste y eso se paga de por vida. Así que no sé, parece que el año puede que sea muy tranquilo, aunque deseo desesperadamente que no sea demasiado aburrido. Ya veremos. Lo iré contando. Espero.
1 ENERO 2019
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