3 ENERO 2019

DIGRESIÓN DOS. The Last Emperor (El último emperador) Reino Unido (1987). Guion y dirección: Bernardo Bertolucci. Fotografía: Vittorio Storaro. Música: Ryuichi Sakamoto, Dvid Byrne, Con Su. Intérpretes: John Lone, Peter O’Toole, Joan Chen, Ying Ruocheng, Victor Wong, Dennis Dun, Ryuichi Sakamoto. Me negué a ver esta película en los ochenta: creo recordar que fue porque la imaginaba como un árido ladrillo histórico. Y hace menos de un año, cuando fuimos a China, porque no se me ocurrió. Ambas razones notoriamente imbéciles. Una constante de mi vida es que llevo casi treinta años de retraso en todo, o dicho de otro modo, tardo treinta años en darme cuenta de lo evidente, y claro, cuando llego ya es tarde. A Pu Yi le pasa justamente lo contrario, todo sucede demasiado pronto en su vida, y luego ya es tarde, también para todo. Película multipremiada y espléndida de principio a fin, estéticamente magnificente. Pero, no es solamente una recreación estética (que lo es), sino también una delicada y respetuosa aproximación al protagonista y su entorno. La galería de personajes que acompañan el desarrollo vital del malogrado emperador está bien perfilada, elegida e interpretada, con un impagable y crepuscular Peter O’Toole como tutor. También el acercamiento a las distintas épocas de la vida de Pu Yi y el desarrollo cronológico del guion son un prodigio de narración histórica. Majestuosa la ciudad prohibida, cuya belleza, por cierto, no percibí en absoluto en nuestra visita del pasado año, que consistió en atravesar deprisa los espacios exteriores rodeados de una muchedumbre. Un asco. Quizá el mejor turismo haya que hacerlo a través de excelentes películas sentado en un cómodo sillón en casa.