DIGRESIÓN ONCE. Midnight Cowboy (Cowboy de medianoche). EE.UU. (1969). Guion: Waldo Salt (Novela: James Leo Herlihy). Director: John Schlesinger. Música: John Barry. Intérpretes: Dustin Hoffman, Jon Voight, Brenda Vaccaro, Sylvia Miles, John McGiver. La película no ha envejecido, los dos actores protagonistas sí. Ambos interpretaron la película con treinta años. A Hoffman le he visto recientemente en The Meyerowitz Storiesaka (2017) y está muy viejo; sin embargo, a Voight le veo desde hace unos años en la serie Ray Donovan en la que está espléndido, exhibiendo todavía una abrumadora y coqueta prestancia física. Me interesa mucho observar el proceso de envejecimiento de los seres humanos porque encierra muchos enigmas y muchas respuestas. La película: una historia descarnada, sórdida e implacable sobre los sueños rotos y el imparable deterioro, pasión y muerte de «Ratso», mientras las ingenuas y un poco paletas ilusiones de Joe Buck (Voight) se disuelven a golpe de realidad. Épica y desesperada relación de entrega y amistad entre dos seres perdidos, condenados a ser perdedores toda su vida. Schlesinger coloca la cámara a un palmo del rostro febril y sudoroso de Hoffman que sostiene el inclemente escalpelo con el talento de un grandísimo actor. Y, finalmente, el viaje a modo de peregrinación iniciática, de huida hacia la esperanzadora luz desde la frustrante oscuridad. Película que, como todas las grandes, aún respira y transpira emoción.
12 ENERO 2019
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