HISTORIA DE UNA BODA. Capítulo 4.4: la ceremonia. “No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea”. Oscar Wilde. Por fin, llegamos al momento cumbre, la pregunta que nos hizo a los dos: –si consentíamos en contraer matrimonio con el otro y si efectivamente lo contrae en este acto-. Respondimos ambos afirmativamente. Firmamos todos y a continuación el señor Moreno Badía, Notario de Toledo, nos declaró: Unidos en Matrimonio. Nada menos. Todo acabó como nos habíamos propuesto. El atento señor Moreno nos felicitó y deseó que nos fuera muy bien. Nos dio la mano a los cuatro y salió del despacho, tranquilamente, seguro de sí mismo y de su sobria y eficaz profesionalidad. No, no era médico (como a mí me pareció nada más verle) sino un estupendo y educado Notario. Fuera, entregó las actas a una empleada y despareció de nuestras vidas para siempre. Ésta se mostró más efusiva y nos deseó sentidamente que lo pasáramos estupendamente. Un pequeño atisbo de emotividad se coló a través de su amplia y expresiva sonrisa de despedida. Nosotros no tuvimos ningún gesto entre nosotros en especial, pero nos sentíamos muy contentos. En la escalera de salida, Naty y yo nos abrazamos y besamos. Fuera nos esperaban nuestros testigos que también nos felicitaron cariñosamente. Todos felices, ya lo creo…
26 ENERO 2019
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