DIGRESION DOS. Petra. España (2018). Guion y dirección: Jaime Rosales. Intérpretes: Bárbara Lennie, Álex Brendemühl, Joan Botey, Marisa Paredes, Petra Martínez. Oriol Pla. La película ha gustado mucho a mucha gente. A mí, no sé. La vi más o menos interesado, aunque no conseguí involucrarme del todo en la enrevesada y maligna historia que cuenta. Completamente tóxica, parece un catálogo de todas las mentiras imaginables y de todas las desgracias posibles. Con reminiscencias shakesperianas no termina de prender en ese caladero porque le falta la nervadura y credibilidad precisa y necesaria. Una vez constatado esto, nos queda como lo cuenta Rosales, y la historia resulta fría, mecánica, poco convincente. Los esbozos de perfiles de cada uno de los personajes no profundizan lo suficiente de tal modo que resultan extraños, en ningún momento se puede empatizar con ninguno. Los constituyen golpes de efecto, epatantes, y luego, una vez que la onda expansiva se asienta, nada. Antes de comenzar a verla me froté la manos expectante porque el personaje por excelencia era artista y me dije, alguna reflexión sobre arte habrá, digo yo; pero solo es parte del decorado, salvo por la conclusión del artista de que el arte solo es cuestión de dinero; tenía razón. Además, las tan celebradas interpretaciones no lo son tanto. Bárbara transita por la historia ausente y casi insustancial (y cuidado que me gusta esa mujer); sí me gusta bastante Marisa Paredes en su secundario papel; y los demás ni fu ni fa, a pesar de que a Botey todo el mundo le haya reverenciado. Ellos sabrán. No obstante, su personaje está bien dibujado, tanto como para ser el único que pueda salvar esta historia llena de buenos propósitos y resultados seguramente olvidables.
3 MARZO 2019
© 2014 pepe fuentes