DIGRESIÓN NUEVE. Mi obra maestra. Argentina 2018. Guion: Andrés Duprat. Dirección: Gastón Duprat. Intérpretes: Guillermo Francella, Luis Brandoni, Raúl Arévalo, Andrea Frigerio, María Soldi, Alejandro Parker, Pablo Ribba. Película ligera que aborda con una sonrisa cuestiones importantes, como el sentido del arte y más concretamente del contemporáneo; del espectáculo un tanto falaz e indecoroso del comportamiento humano en relación con lo que ahora, más que nunca , es utilizado como artificio especulativo y moneda de significación social y no mucho más. Los Duprat también nos hablan de la necesidad de la amistad para sobrevivir. Y de un tonto que también sale en la peli y que está a punto de morir precisamente por esa única causa, lo que habría sido un alivio para el mundo pero, finalmente, por pura mala suerte para todos, se salva. El caso es que la película se ve con gusto, a pesar de algunos quiebros un tanto forzados. Buenas interpretaciones, localizaciones y tempo narrativo. Tanto la pintura del protagonista, una especie de expresionismo pop (sus revulsivas y corrosivas afirmaciones sobre arte, muy jugosas y sustanciosas, como cuando afirma que él nació en el siglo V después de Rembrant; Jesucristo no fue un personaje equiparable a su genio, sobre lo que podríamos estar plenamente de acuerdo), así como su genialoide y estrafalario estilo, resultan estimulantes. Y, por último, la película tuvo un resonante matiz paisajístico de gran belleza: a saber, la última imagen (de una textura cromática hechizante) es una panorámica montañosa de Jujuy (norte de Argentina), frente a la que se sitúan los dos amigos protagonistas. Se da la circunstancia de que hace un mes hemos estado a tan solo quinientos kilómetros del lugar; nos habría gustado mucho prolongar el viaje justamente hasta ese punto. Risueña y feliz historia.
17 MARZO 2019
© 2006 pepe fuentes