20 MARZO 2019

LA FOTOGRAFÍA QUE PIERDES ES IRREMPLAZABLE y el efecto en la memoria, en la conciencia, tarda mucho en disolverse en el olvido, y a veces no se consigue nunca. De las No Expuestas en esos dieciséis rollos, como mínimo diez podrían haber sido importantes, para mí, naturalmente. En el capítulo de fotos nunca hechas, están, también, las que se te ocurren después de haberte ido del escenario de toma, al que ya no volverás nunca; lamentable e igualmente, porque te golpean de vez en cuando. Y, también, cómo no, las más frecuentemente malogradas son aquellas que por errores técnicos no realizas bien, lo que me pasa con demasiada frecuencia, dada la aparatosidad y peso del equipo y la premura con la que actúo casi siempre en el trabajo de campo. Por otro lado, en lo que se refiere al soporte analógico, una vez que expones, ya no hay vuelta atrás, sencillamente porque hasta que no sacas de la cubeta el negativo no sabes si todo ha sido realizado convenientemente, incluido el revelado. De los sentidos y conceptos erróneos mejor ni hablar hoy, esa es otra historia. Los fotógrafos digitales se han quitado de encima todos esos esfuerzos e incertidumbres, esa es su suerte, aunque, por tanta aparente facilidad, también pagan un elevado precio, me parece; pero también esa es otra historia…