VEINTISIETE DE JUNIO (jueves) campo y campo XIII. A la una y media iniciamos el regreso. Paré cerca de la casa abandonada donde también había estado el día anterior y decidí entrar por si la tapa del objetivo se me había caído dentro. No tenía ninguna fe en encontrarla pero hete aquí que, avanzando entre una tupida maleza, en un claro entre hierbas secas, la divisé. Increíble. Me felicité por mi tenacidad y también por mi suerte, la que no suelo tener. El imprevisto hallazgo me alegró tanto que me llevó a pensar en positivo, a casi la euforia, y me decía cosas tan increíbles para mí como: -lo esencial es tener propósitos, e incluso objetivos, independientemente de la importancia o transcendencia de los mismos-. Es más, cuanto más sencillos, inverosímiles o inútiles, mejor que mejor. Aunque solo se trate de subir y subir escaleras sin sentido, tan solo para darme con la cabeza en el techo-. Llegué a sentirme encantado con mis tonterías diarias y toda esa euforia la fui desenvolviendo a lo largo del camino de vuelta. ¡¡¡Qué cosas!!!…
3 SEPTIEMBRE 2019
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