TRES DIAS DE AGOSTO III (día catorce, miércoles). …Por lo que no, no me pasaré al formato digital a pesar de que tengo que transportar un equipo que me rompe la espalda y de verme obligado a renunciar a algunas fotografías por una insuperable falta de luz que la tecnología digital resuelve estupendamente (donde no hay luz, la inventa). Pero son las servidumbres y limitaciones de un soporte con el que es bueno contrastarse y conseguir superar las dificultades que plantea, para que fotografiar no resulte un gesto de pulcro y aséptico onanismo. Todo el mundo (fotógrafos viejos inclusive) se ha pasado a los soportes digitales; hasta un apóstol de lo analógico como Sebastiao Salgado se ha mudado al otro lado (me enteré el otro día en una entrevista). Por algo será. Supongo. Tantos fotógrafos con propósito no pueden estar equivocados. Por ejemplo, las fotografías que realicé el lunes y que revelé el martes, por segunda vez, no me han salido bien. No todas, pero inevitablemente me obligará a volver por tercera vez a la misma localización (a treinta kilómetros de mi casa) … Salimos Mr. Brown y yo con el coche que me prestó Naty (la furgo estaba en el taller, se había averiado el día anterior). Fotografié Barcience y de ahí a Caudilla, el circuito que últimamente empieza a ser un automatismo más en mi vida. Me parecía estar viviendo El Día de la Marmota (estupenda película, por cierto); lo digo para consolarme y quitar hierro a tanta inepcia o, en el mejor de los casos, tanta mala suerte…
8 SEPTIEMBRE 2019
© 2019 pepe fuentes