15 SEPTIEMBRE 2019

BREVE Y RÁPIDO VIAJE A MÁLAGA (treinta y uno de mayo, viernes). Sigo con lo de ayer… Probablemente, si me pusiera en plan teorético, seguro que juntaría algunas palabras que articularan un remedo de cuerpo “filosófico” (aunque no lo creo), pero no lo haré porque ya me da exactamente igual ser que no ser, y muchísimo menos aparentarlo. Si me obligaran a confesar (bajo tortura naturalmente, porque si no sería una fría estatua de frío mármol, aunque no pare de hablar) podría decir, para quedar bien, que: -todo consiste en mostrar(me) la diversidad del mundo-. Esta casi brillante idea no es mía (yo no estoy aquejado de ideas) sino, nada menos, que de un dinosaurio de la fotografía analógica y clásica, un artista, William Klein: “La fotografía debe reflejar la diversidad humana”. Pienso lo mismo pero con la diferencia de que yo solo me ocupo de la diversidad de mi mirada, utilizando el mundo como objeto/sujeto de intermediación, o pretexto. O no, y la causa verdadera sea otra. Nadie lo sabe. Aunque, barrunto, que todo pasa porque solo me importo yo, lo que me incapacita para ser artista (los artistas, aparentemente, se ocupan de tener ideas sobre el arte, la estética, la técnica, la humanidad, la sociología, la psicología, la política, el mundo, la belleza, el dinero y más y más cosas) …
Foto: Escultura del Museo urbano de Genalguacil.