16 SEPTIEMBRE 2019

BREVE Y RÁPIDO VIAJE A MÁLAGA (treinta y uno de mayo, viernes). Cuando hacíamos el equipaje le dijimos a Charlie Brown que nos íbamos de viaje y que él también venía. La noticia le puso muy contento porque empezó a moverse de un lado para otro moviendo el rabo nerviosamente, impaciente ya. El viaje transcurrió sin incidentes. Paramos dos veces. Llegamos a Vélez-Málaga, donde nos hospedaríamos, en torno a las dos de la tarde. Tomamos posesión del apartamento y salimos a comer. Charlie Brown se estaba portando estupendamente. Comimos en una terraza: boquerones fritos y puntillitas (fritura). Después nos acercamos a Torre del Mar, localidad playera cercana. El tiempo era espléndido y la luz también (ahora es cuando tendría que elaborar un poético discurso sobre la luz del mediterráneo, pero no lo haré porque no me saldría lo bien que la luz del mediterráneo merece). Caminamos despaciosamente a lo largo de tres kilómetros, más o menos, por el paseo marítimo, con la ciudad a un lado y el mar al otro. Paramos dos o tres veces a fotografiar. Despacio, sin prisas…
Foto: Barca en pijama.