BREVE Y RÁPIDO VIAJE A MÁLAGA (tres de junio, lunes). Comimos en un bar restaurante de la plaza del pueblo. Entrantes típicos malagueños: ajoblanco y porra antequerana y después fritura de pescado. Nos sobró mucha fritura y la compartimos con Charlie y un gato que se prestó voluntario a ayudarnos. El gato, algo tiñoso, cuando se cansó de boquerones se largó desdeñosamente. Después decidimos volver a la costa cruzando la Axarquía pasando por pequeños pueblos blancos serranos. Llegamos a Nerja y nos dirigimos a la zona de playa. Paseamos. No era especialmente agradable, ni las playas ni el entorno. A las cinco sentimos, alarmantemente, que el tiempo sobrante de la tarde nos aplastaría (mala planificación). Nos sentamos en una terraza frente al mar a tomar un combinado y Charlie volvió a liarla, revolviéndose agresivamente cuando una camarera le alcanzó un recipiente con agua. No hay modo. No parece dispuesto a que ningún humano que no seamos Naty o yo, le pueda tocar y ni siquiera acercarse amigablemente. Percibe al género humano enfrente y hostil. Podría ser que mi perrito se haya convertido en una prolongación de su dueño (pasa todo el tiempo conmigo, desde que nació). No obstante, si el mundo pasa de él, se muestra tranquilo e indiferente (a las gentes ni siquiera las mira). Sí, me parece que los síntomas de transferencia conductual son evidentes. De cualquier modo y afortunadamente no es peligroso porque nunca mordería, solo avisa. Es un jodido gruñón. Volvimos…
Foto: Escultura del Museo urbano de Genalguacil.
28 SEPTIEMBRE 2019
© 2019 pepe fuentes