OTRA VEZ VIII (y espero que sea la última). Pero, ahora, está más o menos claro que, a los que llevamos mucho tiempo indagando sobre el otro lado de la apariencia de las cosas, el advenimiento de las nuevas tecnologías, la abrumadora floración de las redes sociales y el vértigo reproductivo de los dispositivos, nos están moviendo los paradigmas tradicionales en el tratamiento fotográfico de la realidad. Creo que la situación decadente y crítica de la fotografía, tal y como se conocía, ya es irreversible luego ya no parece que haya margen para las indagaciones sociológicas, existenciales, poéticas o estéticas que sostenían el lenguaje temático de los soportes fotográficos tradicionales. Quizá los ejercicios fotográficos sobre el sentido y enigma de una realidad inmediata estén dejando de tener su razón de ser. Luego yo, probablemente, el seis de julio, a pesar de estar cargado con mi vieja cámara grande, no estaba realmente, porque yo ya no formo parte del nuevo mundo fotográfico, el abrumadoramente imperante. No, no debo volver, sencillamente porque es muy duro constatar que no se ocupa un lugar en el mundo…