7 OCTUBRE 2019

OTRA VEZ VII (y espero que sea la última). Dice el señor Fontcuberta, que es otro gran artista fotógrafo que además escribe libros interesantes y tiene una cabeza muy bien amueblada, al menos como teórico de la fotografía, lo siguiente: “La realidad de hoy es la realidad de las imágenes. La fotografía, pues, baraja tres bazas: la realidad, la imagen de la realidad y la realidad de la imagen. Su equidistancia es inestable y las imágenes del mundo están cediendo predominancia al mundo de las imágenes; nuestra experiencia depende hoy tanto de la realidad misma como de las imágenes que de esa realidad se han diseminado”. A partir de este bello y sugerente silogismo, me pregunto en qué pensaba yo cuando hice esta fotografía, si es que pensaba algo y no me limitaba a actuar automáticamente. Obviamente, ni me acuerdo ni lo sé. No obstante, la lúcida reflexión del artista catalán me remite a que, probablemente, yo sigo instalado en los mismos presupuestos con los que empecé, es decir, conjugar la imagen de la realidad que yo perciba, apoyado en la fiabilidad reproductora que ofrecen los artilugios mecánico-fotográficos. Es decir: concepto clásico de la expresión fotográfica y nada más…