17 OCTUBRE 2019

© 1987 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1987
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM AGFA 25
Soporte de copias
ILFOBROM GALERY FB
Viraje
SELENIO
Tamaño
21,5 x 26,5 cm
Copiado máximo en soporte baritado
1
Copias disponibles
1
Año de copiado
1987
Fecha de diario
2019-10-17
Referencia
5202

DIGRESIÓN SEIS: Lazzaro felice (Lázaro Feliz). Italia (2018). Guion y dirección: Alice Rohrwacher. Intérpretes: Adriano Tardiolo, Alba Rohrwacher, Agnese Graziani, Luca Chikovani, Sergi López, Natalino Balasso, Tommaso Ragno. Alice Rohrwacher combina con mucho talento una realidad social, la de los aparceros agrícolas explotados inclementemente por una marquesa medieval, con la historia mágica de Lazzaro. Sorprendente y original historia. Los personajes que habitan en La Inviolata, finca donde ejerce su despótico poder la trasnochada y esperpéntica aristócrata, son seres que han vivido toda su vida en una especie de paréntesis en el tiempo, en una burbuja, sin contacto con el mundo real y sin que ese mundo les pueda afectar. Están secuestrados, aunque parecen contentos. Pero no, no es una arcadia feliz sino un lugar donde se malvive por el férreo control que la odiosa marquesa ejerce desde la torre de su castillo encantado, que soporta una decadencia galopante. El mobiliario y la propia mansión se agrietan y se llenan de telarañas progresivamente. Entonces, un golpe de encantamiento hace que la historia dé un salto de varias décadas en el tiempo: los aparceros se dispersan y se pierden, la marquesa desaparece, pero Lazzaro vuelve milagrosamente, quizá gracias a su inagotable bondad, con el mismo aspecto de veinte años atrás. Lírico, poético y misterioso juego con el paso del tiempo. Lo inverosímil y milagroso se hace creíble, y sugestivo, y evocador, y maravilloso, gracias a un hilo narrativo y unas interpretaciones sobresalientes, especialmente la prometedora de Adriano Tardiolo. La cámara ofrece vibrantes e intimistas aproximaciones a los rostros, manos y gestos de los personajes. Todo acaba como inevitablemente tiene que acabar cualquier historia lúcida y penetrante: deja patentemente claro que la generosidad, la comprensión del otro, la solidaridad, la sensibilidad, además de otros valores positivos y amables, no son frecuentes en la naturaleza humana. Sin embargo, Lazzaro sí encarna todos los inimaginables valores humanos y quizá por eso es feliz, o al menos así nos lo sugiere su creadora. La puesta en escena magnífica, tanto en las localizaciones de los paisajes y la mansión de La Inviolata, como en las de la ciudad actual. Inquietante y bellísima película, tan esperanzadora como desalentadora.

Pepe Fuentes ·