9 DICIEMBRE 2019

© 2018 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2018
Localizacion
Feria de arte Arco. Madrid (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200 (6400)
Fecha de diario
2019-12-09
Referencia
8018

SIGO CON LOS PREMIOS NÓBELES: siempre suelen ser una sorpresa, y los de estos dos últimos años, desde luego. Peter Handke (2019) es uno de los autores que habita en mi biblioteca (al menos 5 o 6 libros) pero con el que no he llegado mucho más lejos de El peso del mundo, un diario: 1975-1977, que en los años ochenta leí y releí con entusiasmo. En cuanto a Olga Tokarczuk (2018) únicamente he leído la novela que ayer comenté elogiosamente. No obstante, no llego a calibrar del todo si era merecedora de tanto honor, que supongo que sí (todos los autores pueden serlo) pero, en este caso, tengo la impresión de que su obra no está por encima de John Banville, o tal vez Lobo Antunes  o Haruki Murakami (aunque éste, para mí ,  últimamente, ha perdido anchura, altura y hondura); o de Emmanuel Carrere,  o Jean Echenoz; o de los nuestros: Javier Marías o Muñoz Molina. No sé. Hablo de autores que conozco un poco y que se me ocurren sobre la marcha. También están los que nunca lo obtuvieron con sobradísimos méritos para ello pero que, por haber muerto, nunca lo tendrán,  a bote pronto y en lengua española me acuerdo de: Miguel de Unamuno, García Lorca, Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, Juan Carlos Onetti, Carlos Fuentes, Álvaro Mutis y otros muchos; y en otras lenguas, y con grandísimas obras: Franz Kafka, Fernando Pessoa, Stefan Zweig, Philip Roth y muchos, muchos más, que no lo consiguieron. Lo cierto es que da un poco igual porque en el mundo de los premios, los jurados nunca podrán ser absolutamente justos, sencillamente porque nunca podrán saberlo todo sobre el mundo que escrutan. Por si fuera poca la inevitable falibilidad, como asunto humano que es, entran en juego intereses, corrientes de pensamiento, tendencias políticas, coyunturas sociológicas, y tantos factores completamente desconocidos para los comunes mortales que no estamos en el meollo de la cuestión. Lo que ocurre es que, cuando se trata de un premio tan significativo como el Nóbel, y además de Literatura, es casi imposible ser absolutamente neutral porque todos tenemos nuestros queridos autores de cabecera.

Pepe Fuentes ·