7 MARZO 2020

DIGRESIÓN SEIS. Kreuzweg (Stations of the Cross), (El camino de la Cruz). Alemania (2014). Guion: Anna y Dietrich Brüggemann. Dirección: Dietrich Brüggemann. Intérpretes: Lea van Acken, Franziska Weisz, Florian Stetter, Ramin Yazdani, Hanns Zischler, Birge Schade, Anna Brüggemann.
Varios capítulos cerrados pero interrelacionados, a modo de fotos fijas, en los que los títulos se corresponden con momentos clave de la vida de Jesucristo, sobre todo los de la pasión y muerte según nos han contado. En esas desasosegantes estampas, escenificadas en escenarios asépticos, severos, fríos, se perpetra la inmolación de María, la adolescente protagonista. La cámara, en algunas de esas cortas y rígidas representaciones, muestra una imagen engañosamente estática porque lo que realmente sucede son grandes cataclismos emocionales: la catequesis, la confesión, la comida familiar, la escena de la biblioteca pública, la ceremonia sacramental de la confirmación. La narración, siempre en crescendo, se sigue hipnóticamente por la fascinación que provoca la austera y sencillísima disposición de todos los elementos del atrezo, por la precisión de los diálogos y por la arrasadora eficacia de los argumentos de la más estricta e implacable ortodoxia católica. El desarrollo de los hechos y la cruelísima destrucción de un ser humano (María), en aras de una absurda “pureza católica”, crea un estupor insoportable y una sensación de impotencia ante el grado de estupidez al que puede llegar el ser humano. Guion originalísimo, impecable puesta en escena e interpretaciones ajustadas, perfectas. Grandísima película, aterradora en cuanto al devastador daño que pueden generar las creencias llevadas hasta la más extrema y descontrolada severidad.