DIGRESIÓN ONCE. Mother (Madre) Corea del Sur (2009). Guion: Bong Joon-ho y Park Eun-Kyo. Dirección: Bong Joon-ho. Intérpretes: Kim Hye-ja, Won Bin, Jin Goo, Yoon Je-Moon, Jeon Mi-seon, Song Sae-byeok, Chun Woohee.
Una mujer de mediana edad avanza y se acerca despacio a la cámara por un campo de altas hierbas amarillas. Viene de lejos, cansada. Ha mantenido una dura pelea contra todos para defender la inocencia de su hijo. Súbitamente, se detiene, concentrada, ausente. Comienza a bailar despaciosamente la coreografía de su inaudible música interior. La belleza de la secuencia y el misterio que desprende la voluntad y ensimismamiento de la mujer son de una belleza enigmática y dolorosa. Después, el desarrollo de la historia, que desvela el sentido de la abismal profundidad de donde emerge la mujer: una madre sola y su deficiente hijo. Una muchacha perdida, sentenciada de antemano, ha sido asesinada. Un muchacho, el hijo de la mujer que baila sola, igualmente sentenciado y perdido en sus peculiares lapsus mentales. La Madre Coraje pelea por la inocencia de su hijo con determinación e inconmovible fe. Alrededor, como seres anónimos y fatales, los personajes secundarios de la épica batalla de una madre por su hijo. Solo se tienen el uno al otro. El chico, a pesar de los agujeros negros en su cabeza, es capaz de sorprender con salidas y gestos absolutamente lúcidos, desconcertantes. El guion va y viene, laberíntico, se retuerce sobre sí mismo, y constantemente asombra yendo más allá de lo previsible. Todo acaba bien y mal, como no podía ser de otro modo. Magnífica la escena final de unas mujeres excursionistas bailando en un autobús. Brillante película e interpretación de la protagonista, la madre: Kim Hye-ja.
PS. Última hora del Coronavirus: Los casos aumentan incesantemente hasta unas cifras pavorosas y, consecuentemente, la mortandad. Los medios de comunicación no emiten noticias alentadoras, parece que solo caben acciones terca e impotentemente defensivas. Probablemente, muestro pobre e infortunado país, sea el peor del mundo occidental para sobrevivir a una pandemia. Aunque los gobernantes no tengan mucho margen de maniobra, me temo, sí da la impresión que su gestión es francamente mejorable, aunque yo, desde luego, no tenga ni idea de cómo habría que hacerlo. Pero eso no entraña ningún problema para la sociedad dado que a nadie en su sano juicio se le ocurriría preguntarme sobre lo conveniente ante semejante cataclismo.
24 MARZO 2020
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