25 MARZO 2020

© 2018 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2018
Localizacion
Hong Kong
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2020-03-25
Referencia
8715

DIGRESIÓN DOCE. Yang Guang Pu Zhao (A Sun). Taiwan (2019). Guion: Yaosheng Chang y Chung Mong-hong. Dirección: Chung Mong-hong. Intérpretes: Chen Yi-Wen, Samantha Ko, Wu Chien-Ho, Greg Han Hsu, Liu Kuan-Ting, Ivy Yin, Chen-Ling Wen.
Una familia: los padres, y dos hijos jóvenes. Todos ellos personajes singulares: el padre, profesor de autoescuela, contradictorio e irascible, seguro de determinados valores positivos como la importancia de que cada uno encuentre su lugar en el mundo y lo siga con determinación; la madre, mujer sobria, tranquila, inteligente y capaz de arrostrar todas las adversidades mirándolas de frente, sin histrionismos ni desfallecimientos; el hijo mayor, futuro estudiante de medicina, introvertido, íntimo, sensible (su fatal reacción al hecho de vivir resulta sorprendente y trágica); el menor, chico honesto, fuerte, instalado circunstancialmente en el borde de la delincuencia, sabe resistir y pelear por su vida. Todos ellos, personajes principales de esta intensa historia, actúan en ella con una gran verosimilitud, humanidad y autenticidad dramática. Luego, los secundarios: las novias, los malos, los jefes; también personajes perfectamente perfilados que añaden valor y coherencia al conjunto de la composición. Sintonizas con ellos con facilidad y empatía (salvo con el malo, que resulta tan perfecto y creíble en sus actuaciones que provoca escalofríos de miedo). Con todos esos personajes, el director crea una película vibrante, eléctrica, densa, emotiva, sorprendente siempre. El arranque de la historia te coloca en una perspectiva de máxima tensión que ya no abandonas en ningún momento en todo el largo metraje. Grandísima película. Últimamente vemos bastante cine oriental y, sin excepción, resulta sumamente interesante. Nada desdeñable, todo lo contrario: películas espléndidas, diferentes, vigorosas, perfectas en todos los sentidos.
PS. Última hora del Coronavirus en España: Once días de confinamiento. Grosso modo: 47.610 contagiados y 3.434 fallecidos (empeora cada día). Es deprimente. Me está afectando horriblemente (una especie de atolondramiento triste, desvitalizado, preocupado). En mi casa (familia y amigos cercanos) no hay malas noticias por el momento: cero infectados. Pero la amenaza ejerce más y más presión.
La experiencia dice que todas las plagas que se cernieron sobre la humanidad a lo largo de la historia, después de sembrar el pánico y la muerte, desaparecieron como habían llegado, casi misteriosamente. Eso cuenta Daniel Defoe en Diario del año de la Peste que asoló Londres entre 1664 y 1666:
“ ¡
Oh, maravilla! ¡Hasta los médicos se sintieron sorprendidos! Fueran donde fueren, encontraban mejorados a sus enfermos, o porque habían transpirado, o porque los tumores habían reventado, o porque los abscesos habían desaparecido, o porque la inflamación periférica había cambiado de color; la fiebre había disminuido, o el violento dolor de cabeza se había calmado, o había cualquier otro buen síntoma. Al cabo de unos pocos días, todo el mundo volvía a ponerse en pie. Familias enteras… Fue entonces cuando la gente abandonó todo temor, e incluso con demasiada rapidez… Una terrible peste hubo en Londres en el año sesenta y cinco que arrasó a cien mil almas ¡Y sin embargo estoy vivo!”
Tengo la confianza, o mejor dicho, la esperanza, de que aquí y en el mundo un día muy próximo pase lo mismo, y podamos salir a la calle tranquila y primaveralmente. Esperemos.

Pepe Fuentes ·