VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
San Juan de Chamula:
sábado veinte, por la mañana
De Zinacantán al Nuevo San Juan de Chamula, a ocho kilómetros de distancia. Es una ciudad especial por sus características religiosas y su estricta organización social.
Su centro espiritual es el Templo de San Juan, donde acuden los fieles a realizar extraños rituales religiosos.
La esencia de sus creencias es una mezcla de tradiciones ancestrales mayas y católicas.
El principal valor moral sobre el que sustentan su prácticas y valores, según dicen, es insólito e imposible: no mentir ni mentirse (complejo e irrealizable artificio existencial). Y transcender la vida en este mundo, (como todas las religiones), como si eso fuera posible.
Han adoptado la iconografía católica: en el templo tienen una pared con bastantes efigies de santos en vitrinas.
No tienen bancadas y el suelo estaba cubierto completamente de hojas de pino que consideran con propiedades divinas.
Sobre mesas y en el suelo había cientos de cirios y velas que utilizan para hacer rogativas y peticiones para la intercesión y protección de sus santos.
Varias familias, postradas, oraban inmersas en un trance místico, con grandes aspavientos y retorcimientos. Parecían sufrir mucho.
No celebran misas ni tampoco los sacramentos al modo católico ortodoxo, como la confesión (no sé si los otros sacramentos católicos merecen su atención).
Realizan lo que ellos llaman limpias, un ritual oficiado por chamanes para purificar el alma y el cuerpo.
Está radicalmente prohibido fotografiar en el interior del templo. Es arriesgadísimo intentarlo porque caen sobre ti unos policías secretos (no uniformados), luego inadvertidos, que te detienen. En ese caso, no solo tienes que pagar una fuerte multa, sino que puedes ser procesado por sus leyes y retenerte durante un tiempo. Nadie se atreve a fotografiar, claro. Aparte de que no había gran cosa que mereciera la pena llevar al visor, que yo pudiera ver. De cualquier modo, ni por lo más remoto lo habría intentado, por respeto y también por miedo.
Una de las particularidades extremas de esta sociedad es que nadie puede incumplir las estrictas normas que la rigen y que se perpetúan indefinidamente a través del tiempo; hacerlo supone que el infractor es expulsado de la colectividad sin posibilidad de reingreso.
Anecdóticamente, la poligamia del hombre está permitida siempre y cuando el individuo pueda pagar considerables cantidades por cada una de las mujeres que quiera tener.
Probablemente, los riesgos y casos de endogamia sean frecuentes en una sociedad tan cerrada sobre sí misma.
La medicina la ejercitan sus curanderos y no confían en ninguno otro medio.
La escolarización es en su idioma: tzotzil, una lengua mayense que se habla principalmente en los Altos de Chiapas.
Nos impresionó mucho este pueblo, y no solo por sus inflexibles creencias de obligado cumplimiento que vigilan con su particular inquisición sino, también, por el radical modo de mantener su sociedad al margen del devenir del mundo, y concretamente del estado mexicano. No obstante, participan de la organización del sistema acudiendo a las convocatorias de elecciones generales y municipales. Pero eso es tan solo una convención para conseguir ayudas y mantener las apariencias porque, en realidad, ellos se organizan y rigen por sus propias leyes y su consejo de gobierno formado por los mayores…