8 MAYO 2020

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Borox (Toledo)
Soporte de imagen
-120 MM.-PAN F 50
Soporte de copias
LFORD MULTIGRADO BARITADO
Viraje
SELENIO
Tamaño
28 x 22 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Copias disponibles
2
Año de copiado
2020
Fecha de diario
2020-05-08
Referencia
9817

Crónica de la Gestación de una Radical Mutación en Mi Vida, o como la Gama de Grises se Metamorfosea en Rabioso Tecnicolor (y VI)
A lo largo del proceso de mis agónicas reflexiones me acompañaba Naty (qué infinita y generosa paciencia tiene conmigo) y, en todo momento, me animaba a que diera el paso.
Es de la opinión (yo también) de que la ligereza y versatilidad en la toma (como son las condiciones técnicas por foto y no por rollo), unida a la inmediatez del proceso (no hay que esperar al momento de revelado) potenciaría infinitamente las posibilidades narrativas del diario; además de descargarme de peso físico en los desplazamientos y viajes. Parecía que todo eran ventajas.
Además, tampoco se puede obviar que el proceso de toma se abarataba espectacular y radicalmente (mis compras de película, anualmente, superan ampliamente los mil euros, además de reveladores y otros gastos adicionales).
Una de las muchas y poderosas razones era, sin duda: poder tomar una foto a las ocho de la mañana, escribir a las diez, procesar la imagen por la tarde y publicar al día siguiente. Aunque, tampoco debía dejarme llevar por eso, por mucho que la secuencia del proceso multiplicara posibilidades “creativas”, dado que este diario no es un periódico, ni tampoco necesita comunicar especialmente nada a nadie.
Me quedaba aclarar el cómo me relacionaría con el modo fotográfico tradicional y el qué hacer con mis tres Mamiyas con distintas ópticas, una Canon A1 con varios objetivos y un arcón con más de 150 rollos de película de distintas sensibilidades. También con mi clásica ampliadora Beseler, tan bonita y fiable. Y, sobre todo, con mi manera de concebir el hecho de fotografiar y mis más de cuarenta años de práctica en soportes físicos palpables.
Empecé a sentir que la tierra temblaba bajo mis pies. Apacigüe mi ansiedad pensando, con un punto de ingenuo escepticismo, que fotografiar digitalmente no me impedía seguir utilizando mis viejas Mamiyas. No, no quiero arrumbarlas y olvidarme de ellas, -me dije-. Una inconsolable tristeza y un duelo arrasador estaba tomando cartas en la decisión y tampoco podía permitírmelo. Ya no tengo tiempo para dejar que el pasado arruine el presente y el breve futuro, porque yo, salvo que el Corona me mate mañana, tengo que seguir viviendo, con revelaciones sobrenaturales o sin ellas.
La decisión estaba fatigosamente tomada. Por delante tenía, primero, decidir qué cámara comprar y luego aprender los rigores tecnológicos para utilizarla.
No me apetecía mucho todo ese ingente trabajo pero no me quedaba otra: nada que sea importante se consigue sin esfuerzo, incluso contener y esquivar el deterioro y la desgana por el maldito paso del tiempo (esa sí que es una puta pandemia).
Foto 6: Deconstrucción de una escalera (que ya ha desaparecido) por la combinación degradante del tiempo y las termitas (como si de una analogía, de una metáfora sobre el soporte fotográfico analógico se tratara).

Pepe Fuentes ·