22 JUNIO 2020

DIGRESIÓN DIECISÉIS. Ema. Chile (2019). Guion: Guillermo Calderón, Alejandro Moreno, Pablo Larraín. Dirección: Pedro Larraín. Música: Nicolás Jaar, Fotografía: Sergio Armstrong. Intérpretes: Mariana Di Girolamo, Gael García Bernal, Santiago Cabrera, Giannina Fruttero, Catalina Saavedra, Eduardo Paxeco, Mariana Loyola.
Elegimos esta película no solo porque Larraín es un autor interesante que ya conocíamos, sino también porque en el tráiler aparecían unas coreografías de baile sumamente prometedoras, espectaculares. Pero luego, en la película, toda esa vertiente expresiva se queda en escasos retazos completamente diluidos en una trama que va de otra cosa. Bien es verdad que el marido de Ema es coreógrafo (excelente Gael García). Ella, omnipresente en todo el metraje, baila, y lo hace espléndidamente. Gastón y Ema adoptaron a un niño, Polo, que no son capaces de cuidar, viéndose obligados a devolverlo. A partir de esa experiencia traumática, Ema inicia un peregrinaje emocional, vivencial y sexual, para conseguir recuperar el sentido perdido. Como posee una prodigiosa capacidad de seducción, en torno a ella se mueven dos hombres y varias mujeres, amigas y compañeras de baile, y todos practican una manera de entender la vida desinhibida, libre, potente, colorista, plena de creatividad, tanto a través de coreografías propias (reguetón), como en modos de relacionarse y vivir una sexualidad hiperactiva. Película lúcida, original, rebosante de música, talento y belleza.
PS 4. Sigo el curso de mi reflexión sobre la ocurrencia de tomar fotos de películas en televisión. En teatro no te dejan, tampoco en museos, y no me parece mal, o sí, porque ahora todo es integral, tecnológico, digital, universal, compartible e invasivo. La tendencia a manosearlo y robarlo todo, desde la supuesta asepsia de la era digital, es creciente e imparable. Fotografiar se ha convertido en un hecho tremendamente paradójico e inentendible; por ejemplo, en un parque arqueológico puedes fotografiar con cámaras a mano o móviles, pero no ayudándote de un trípode, aunque la calidad posible sea menor que la obtenida con un sensor de alto rendimiento (sin trípode). Y todo así…