DIGRESIÓN CUATRO. In a Lonely Place (En un lugar solitario). EE.UU. (1950). Guion: Andrew Solt (Historia: Dorothy B. Hughes). Director: Nicholas Ray. Intérpretes: Humphrey Bogart, Gloria Grahame, Frank Lovejoy, Carl Benton Reid, Art Smith, Jeff Donnell, Martha Stewart.
“Una de las historias de amor más oscuras y devastadoras jamás hechas (…) Hay pocas películas en las que el director abra su alma de forma tan directa”. Richard Brody: The New Yorker.
La película es más vieja que yo mismo. Su inmaculado blanco y negro, con unas altas luces sublimes, no es ni viejo ni antiguo, sino eterno y genial. Me enfrento a las películas clásicas, y ésta lo es, con una gran ilusión, pero luego, a medida que la película avanza, mi tensión y expectativa se afloja hasta casi desentenderme de lo que me cuentan. ¿Es insensibilidad o cansancio? No lo sé; lo que sí sé es que, muy probablemente, a grandes rasgos, estas historias de hace setenta años están ya muy asimiladas, son muchas las películas vistas con ese registro. No obstante, no es solo eso, me parece, sino que la sensibilidad y aquel modo de hacer películas o si se prefiere, contar historias, se ha perdido en el tiempo. Es lo que nos pasa a los viejos, que ya estamos tan asimilados por la vida y para el mundo que nos aburrimos hasta de nosotros mismos. Ray cuenta una historia de un modo perfecto, cinematográficamente impecable, todo está bien en ella, el ritmo, los actores, la fotografía, los diálogos (muy superiores en calidad literaria a los de ahora), pero el problema es que esas historias ya no me emocionan, el cine actual les ha pasado por encima y ahora raramente sintonizo con aquellas sublimes sutilezas. Steele, el protagonista, tiene el perfil del colérico e incontenible maltratador (también de mujeres) de ahora y de siempre, sin embargo, no consigue enfadarme realmente, aunque lo represente el mismísimo Bogart. No obstante, aunque solo sea por el inmaculado blanco y negro (qué bien iluminaban y fotografiaban en aquel tiempo), merece la pena haberla visto. Maravillosa frase de Dixon Steele (Bogart): ‘Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó, y viví el tiempo que me amó’.
14 AGOSTO 2020
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