DIGRESIÓN TRES. Almacenados. México (2015). Guion: David Desola. Dirección: Jack Zagha Kababie. Intérpretes: Hoze Meléndez y José Carlos Ruiz.
Teatro, puro teatro. Luego éxito asegurado para mí (después, además, de tantos meses sin pisar uno por la maldita pandemia). Dos personajes: uno mayor (bastante viejo) y otro joven (mucho). Un destartalado escenario: un almacén ruinoso, con desconchones, goteras y hormigas libres. Y un diálogo imposible entre ambos protagonistas, absurdo, aunque nada tenga que ver con el teatro así denominado, sino con el más evidente y aplastante naturalismo y, por lo tanto, a poco que se penetre en la esencia de la historia, te percatas que estás frente a un mecanismo literario sofisticado, surrealista y genial. Minimalista hasta el más extremo ascetismo, sin más elementos que los que se pueden ver en la fotografía de hoy, los personajes desgranan sus planteamientos vitales, su visión del mundo, del orden, de la disciplina laboral de sus respectivas generaciones y su infinita capacidad para organizar una realidad imposible a su imagen y semejanza. Y lo hacen, no mediante complejos desarrollos filosóficos, sino con frases tan elementales como la que aparece como subtitulo en la fotografía, “estamos en lo que estamos”, o “vamos a lo que vamos”, pronunciadas por el encargado y jefe del chico; éste, acaba de entrar como aprendiz ya que él, “experimentado” gestor de la nada, se jubilará enseguida, orgulloso de su inexistente labor, aunque, una vez terminada la función de su vida laboral, lúcido hasta la genialidad. Resulta asombrosa la capacidad de Zagha Kababie para orquestar la nada más aplastante y convertirla en un espectáculo pleno de dinamismo, interés y sutilísimo sentido del humor, nada menos que a lo largo de hora y media (la película se me hizo corta). Brillante ejercicio de metafísica teatral y cinematográfica. Los actores, geniales también.
4 OCTUBRE 2020
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