5 OCTUBRE 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Pelicula: Una pistola en cada mano, de Cesc Gay
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2020-10-05
Referencia
3957

DIGRESIÓN CUATRO. Una pistola en cada mano. España (2012). Guion: Cesc Gay y Tomás Aragay. Dirección: Cesc Gay. Intérpretes: Ricardo Darín, Luis Tosar, Javier Cámara, Leonor Watling, Eduardo Noriega, Leonardo Sbaraglia, Candela Peña, Eduard Fernández, Alberto San Juan, Cayetana Guillén Cuervo, Jordi Mollá, Clara Segura, Silvia Abril.
Cesc Gay, hombre inteligente y buen realizador cinematográfico, destaca especialmente por la frescura de sus diálogos, siempre graciosos y ocurrentes, y por su fina capacidad para desplegar análisis sociológicos y culturales del universo emocional de hombres y mujeres. La película desarrolla, con gracia y ritmo trepidante, una determinada deconstrucción masculina. Ahora es mucho peor para nosotros, para los hombres me refiero, ya que hemos pasado desde un mero cuestionamiento, más que razonable, a una sistemática persecución y destrucción rencorosa y fanática (Me Too, feminismo radical, creciente sexualidad alternativa y otros aspectos). Toda esa reacción nos la hemos ganado a lo largo de milenios. La película está realizada en aquellos remotos tiempos en lo que la máxima modernidad masculina se concretaba en un cuadro de comportamientos al que se denominaba: metrosexual (moda asociada al hombre enmarcado en la sociedad postindustrial urbana). Suponía la superación de actitudes y comportamientos de una masculinidad tópica y casposa, anclada en una tradición cultural de preponderancia abusiva sobre la mujer. Los hombres en esta película, todos ellos, están inmersos en una profundísima crisis de identidad y autoestima. Unos perfectos pringados emocionales, incapaces de asumirse y en franca y decepcionante inferioridad frente a las mujeres que nos presenta Gay: seguras de sí mismas, maduras, fuertes y con su capacidad de decisión tremendamente determinada, sobre todo frente a unos hombres llorosos y patológicamente inseguros, víctimas de una transición de la tradición a la modernidad, que en ningún momento parece que sepan gestionar. Tanto maniqueísmo por parte de Gay, hombres turbados e ineptos frente a mujeres atómicas, no es fácil de tragar si no fuera porque lo hace con una inmensa gracia y porque, encima, tiene razón en su análisis. No puedo evitar proyectarme como hombre y sentir empatía hacia los protagonistas de la historia, es más, yo ya era como ellos treinta años antes. Siempre he reconocido la superioridad emocional de la mujer (y en otros aspectos también), y siempre me he sentido en franca inferioridad frente a ellas, pero cuidado, no tanto porque para mí lo son, sino porque yo soy notoriamente incompetente (como los de la peli). El caso es que, tanto Gay, tan sutil e inteligente, como los actores, están francamente bien, soberbios diría, con el gran Darín a la cabeza, así como las intérpretes, sobradas todas, como no podía ser de otro modo. Lo pasamos estupendamente revisitando la película, que ya habíamos visto y olvidado.

Pepe Fuentes ·