DIGRESIÓN DIEZ (y 2). Antigone (Antígona). Canadá (2019). Guion y dirección: Sophie Deraspe. Intérpretes: Nahéma Ricci, Sebastien Beaulac, Eric Clark, Jean-Sébastien Courchesme, Nour Belkhiria, Rawad El-Zein, Rachida Oussaada, Hakim Brahimi.
Antígona siente vivamente el espíritu de pertenencia a sus orígenes, colocando ese valor por encima de cualquier otro. Para ella, su abuela, sus hermanos, y su cultura tienen una importancia sin la cual se siente huérfana, perdida, quizá por la prematura muerte violenta de sus padres (tenía tan solo tres años). El acendrado sentido familiar es para ella un poderoso ideal que debe manifestarse, básicamente, permaneciendo unidos hasta las últimas consecuencias. A partir de que irrumpe la injusta tragedia de la muerte de su hermano mayor, ella se entrega valientemente a la defensa de los suyos, especialmente de su hermano Polynices encarcelado. Le libera suplantando su identidad, lo que le cuesta la cárcel a ella misma. Grita en la sala donde se la enjuicia: “…mi corazón me dice que ayude a mi hermano…”, frase que hace fortuna entre sus compañeros de instituto, convirtiéndose en un grito reivindicativo que se propaga rápidamente entre jóvenes y gentes sensibles a la problemática de los inmigrantes. Antígona se empeña en una estrategia y acción suicida para su futuro, la defensa de Polynices. Lucha por la memoria de su familia y sus raíces culturales y religiosas hasta un punto de no retorno. El relato, de un ritmo in crescendo, consigue mantener la atención intensamente, de principio a fin. Resulta emocionante seguir la evolución de la chica hasta convertirse en la depositaria de la memoria familiar y mantenerla hasta hacer innegociable cualquier otra alternativa, incluso el amor. Las interpretaciones de todos ellos son superiores, pero muy por encima de todos la de Antígona: Nahéma Ricci. Película vibrante.
25 OCTUBRE 2020
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