31 OCTUBRE 2020

DIGRESIÓN TRECE. Little Big Man (Pequeño gran hombre). EE.UU. (1970). Guion: Calder Willingham (Novela: Thomas Berger). Dirección: Arthur Penn. Intérpretes: Dustin Hoffman, Faye Dunaway, Martin Balsam, Richard Mulligan, Chief Dan George, Jeff Corey, Amy Eccles.
Ya habíamos visto la película pero no nos acordábamos. La memoria nos la juega todo el rato. No sé qué pensar de la amnesia que nos asedia, solo sé que me disgusta mucho. El caso es que volvimos a ver esta estupenda película el sábado por la noche y disfrutamos mucho de ella. Apenas es fiel al desarrollo histórico de hechos y personajes, salvo porque aparece, brevemente, la legendaria batalla de Little Bighorn y el psicópata general Custer, no así los míticos jefes indios (Toro Sentado y Caballo Loco). La película tampoco cuenta como se gestó la unión de diversas tribus para combatir y derrotar al estúpido e histriónico Custer. Narra la historia de un personaje de ficción, Jack: Pequeño gran hombre, contada en primera persona a través de un largo flashback que abarca los hechos significativos de su vida. Es un personaje magnífico que va y viene de un poblado de cheyennes al mundo blanco (en distintas ciudades) en varias ocasiones durante los años que comprende la narración. Penn incorpora personajes arquetípicos, especialmente del mundo indígena, como el abuelo, carismático jefe del poblado, que adopta al pequeño Jack, y que habla en clave filosófica y poética: «…mi corazón se remonta como un gavilán…». La película se despliega a un ritmo imparable y creciente, con una acertada ambientación y caracterización de personajes y enorme sentido del humor (el abuelo, en su lecho de muerte fallida por intercesión mágica dice: la magia unas veces funciona y otras no, se levanta y decide protegerse de la lluvia). Al parecer, en el contexto histórico y temporal, también Penn pretendió hacer crítica política a la intervención de EE.UU. en Vietnam pero ahora, tanto tiempo después, de eso no ha quedado nada y sí de la magnífica historia que cuenta. Las buenas creaciones siempre están por encima de mensajes coyunturales, como debe ser.