18 NOVIEMBRE 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Película: Interiores, de Woody Allen
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2020-11-18
Referencia
9550

DIGRESIÓN CUATRO. Interiors (Interiores). EE.UU. 1978. Guion y dirección: Woody Allen. Intérpretes: Diane Keaton, Mary Beth Hurt, Geraldine Page, E.G. Marshall, Sam Waterston, Richard Jordan, Kristin Griffith, Mauren Stapleton, Henderson Forsythe.
Primera película dramática de Allen, o mejor dicho, melodramática, en la que está perfecto, como si no hubiera hecho otro tipo de cine en su vida. Intensa indagación en una familia burguesa americana. Cultos, acomodados, mimados por la vida, sufren por unas supuestas desgracias que no lo son tanto. No saben administrar su confort y el rechazo a su buena suerte les provoca una asfixiante amargura y desesperación. Casi todos lloriquean todo el tiempo y carecen de cualquier sentido del humor. No ríen nunca, solo sufren y se putean unos a otros. Al parecer, Woody homenajea a su admirado Bergman y lo hace bien, solo que a la americana. Eso es perfectamente posible, al fin y al cabo, en ambos entornos habitan sociedades opulentas y desarrolladas culturalmente. Parece que la lectura más inmediata que puede sugerir el comportamiento de los integrantes de la familia es que han vivido sin amor, pulcros y estrictos en el manejo de las debilidades emocionales; sin calidez, sin atenciones mutuas y, desde luego, sin risas. No sé si Woody se limita a mostrarnos con la precisión de un entomólogo social una célula dañada de la pujante sociedad americana, o si también pretende enviarnos un mensaje trascendente: eludir las férreas y frías disciplinas que solo pueden deshumanizarnos, sobre todo con la aparición, al final, de una mujer perfectamente vulgar que es feliz en la inmediatez de sus sentidos a flor de piel, completamente alejados de las complicaciones intelectuales. Inculta, pero feliz, responde afirmativamente a lo que proporciona satisfacción y rechaza lo que no. El padre se aferra a ella porque a su lado disfruta y ríe. Un crítico de The New York Times, dijo de esta película, acertadamente, me parece: “…no tengo ni idea de qué es lo que quiere transmitir. Es como si Allen hubiese querido hacer la película de otra persona”. Yo tampoco sé qué pensar. Lo cierto es que se ve bien en cuanto al desarrollo del melodrama y, además, es un gusto disfrutar de unos escenarios domésticos, un vestuario, un estilo y unos diálogos cuidadísimos. Hasta los jerséis de los setenta son bonitos. Siempre disfruto del gran Woody.

Pepe Fuentes ·