21 NOVIEMBRE 2020

DIGRESIÓN SIETE. Malchik Russkiy. Rusia (2019). Guion y dirección: Alexander Zolotukhin. Música: Sergei Rachmaninoff. Intérpretes: Mikhail Buturlov, Filipp Daychkov, Sergey Goncharenko, Vladimir Korolev, Artem Lesjik, Danil Tyabin.
Increíble obra, sorprendente e inesperada desde la perspectiva del cine de exhibición, ya que más bien se asemeja a un ensayo visual experimental. Zolotukhin nos hace una originalísima propuesta: el diálogo de la historia que cuenta con la música de Rachmaninoff, que ensaya e interpreta una pequeña orquesta en tiempo real. Formato expresivo novedoso de brillantes resultados. La historia cinematográfica en sí, ambientada en la I Guerra Mundial, cuenta la dramática experiencia de un jovencísimo soldado ruso, casi un adolescente, que en la primera batalla en la que participa se queda ciego tras un ataque alemán con gas. A partir de ese momento, el animoso muchacho tiene que soportar, no solo su terrible ceguera y la salvaje violencia de la guerra, sino la dependencia de los demás a la que se ve abocado y sufrir agresiones (un execrable y cruel oficial le rompe los nudillos de las manos), humillaciones y vejaciones de los suyos. La película se ve con creciente interés por su intensa y original belleza formal y, en cuanto a la presentación de personajes y avatares bélicos, es intensa y directa, despojada de cualquier recurso retórico innecesario o de estetizaciones superfluas. Es singular y bellísimo un cromatismo especialmente adecuado al significado de la historia y la época. Brillante, poética, sencilla, sugerente e intensísima película.