DIARIO de las otras COSAS 13.
Sábado, dos de enero de dos mil veintiuno.
Poco después de escribir lo que apareció en el diario de ayer, me pregunté qué podía añadir a lo dicho (para rellenar el día de hoy de palabras). No se me ocurría nada, así que dejé de pensar en ello. No tengo por qué escribir y escribir. Total, para qué. Me temo (o no) que este año escribiré mucho menos. Paulatinamente, año a año, he ido aumentando considerablemente la extensión de los textos diarios. Ahora, pretendo ir hacia atrás, hasta que solo escriba una línea al día o solo unas cuantas palabras (al estilo posmoderno de George Perec). Sin embargo, foto habrá, enterita, porque no creo que deba cortarlas. Ya veremos. La de hoy es la siguiente a la que publiqué ayer: en la imagen de hoy, la insoportable contaminación del río ha desaparecido mágicamente por el efecto de una más larga exposición fotográfica sobre la película Plus X 100. Hace nada menos que treinta y ocho años hacía fotos así porque pensaba que eran muy artísticas y, en consecuencia, yo también sería un artista. Había una cierta lógica en eso: auparse sobre lo que uno consigue hacer. En mi caso no fue así, es más, ahora visto con la perspectiva del tiempo transcurrido no es más que una ingenua estupidez. Entonces no era consciente de lo tonto que llegué a ser. No tenía límites. Quizá sean las ilusiones las que nos permiten vivir, pero también matarnos de decepción. La decepción nunca falla. La fotografía de hoy: tratada por segunda vez, ayer mismo, con la New Age fotográfica, ha quedado bien. Me parece. Me pregunto: ¿Será la fotografía la perfecta metáfora del mito de Sísifo redivivo?
10 ENERO 2021
© 1982 pepe fuentes