EL MAPA DE LOS DÍAS
19. VIERNES (8 de Enero de 2021).
Sigue nevando, pero no he fotografiado. Son las nueve de la mañana y oigo, que no escucho, La pasión según San Mateo, de Juan Sebastian Bach. Como dije ayer, no es que quiera ponerme exquisito un viernes por la mañana, simplemente es que cuando tengo que escribir y no sé qué, la música clásica de fondo me ayuda. Espero que los espíritus del olimpo musical no se enfaden conmigo por servirme de ellos para fines tan espurios. No obstante, diré que, a la eterna pregunta que siempre ha planeado sobre mi ofuscada cabeza, y que nunca me he respondido: cuál de las bellas artes era la más compleja, espiritual, completa, excelsa, bella y superior en profundidad y misterio, hoy, lo haré sin miedo a equivocarme al afirmar que, La Música, es la más bella y grande las expresiones artísticas y creativas. Todo en ella es intangible, luego pleno espíritu y elevación sobre nuestra triste condición humana, mientras que otras artes contienen gran parte de habilidades manuales y hasta de bricolaje, o se sustentan, en gran medida, sobre conocimientos y avances científicos o técnicos. Sin embargo, los músicos siempre articulan sus creaciones sobre el territorio de los sentidos. La música, siempre sensitiva, nunca tangible o palpable. De cualquier modo, yo, con la tormenta blanca a mi derecha, en mi cheslong de trabajo, escribo de lo que no sé a ciencia cierta. Como ayer, para fortalecer mis inseguras reflexiones, recurro a una cita ad hoc: “Para qué releer a Platón cuando un saxofón puede hacernos entrever igualmente otro mundo”. Emil Cioran