DICCIONARIO DEL TONTO
MUERTE: “Cesación o término de la vida”. RAE
Ya está. No hacen falta más consideraciones. O sí, pero probablemente solo serían innecesarias. La muerte es tan contundente y aplastante que los matices sobran.
No sé muy bien qué decir sobre la muerte, o sí, pero sé que es superfluo.
Antes me daba más miedo que ahora, pavor más bien (por eso no podría ser un suicida). Casi imperceptiblemente, a medida que cumples años incorporas el hecho de morir como algo inexorable y próximo y vas perdiendo el miedo. Hay gentes que dicen que no les da miedo la muerte, como alardeando; a mí esa gente no me interesa en absoluto. Si tan poco les importa su vida, mejor que se la quiten, porque vivir es una putada la mayoría del tiempo.
No creo en ninguna promesa de eternidad, no soy creyente (en nada, salvo en las buenas maneras), por lo tanto, aspiro a la putrefacción tranquila (nunca incineración); quiero macerarme despacio en compañía de los gusanos y que hagan un buen trabajo para llegar a tener un esqueleto presentable.
Como me las estoy dando de artista en este diccionario (del Tonto), ahora tendría que estar escribiendo cosas filosóficas, incluso poéticas y hasta un poquito cursis, o bobadas parecidas pero no porque la muerte es algo muy, muy físico y solo eso. Materia, nada más que materia, no hay nada espiritual en el hecho de morir. Te mueres, te pudres, te olvidan y ya está.
A pesar de todas las consideraciones posibles, me pone de muy mal humor el tener que morirme y ni siquiera añadiré citas (aunque tengo muchas), solo un recuerdo del irritado Miguel de Unamuno cuando ante el hecho de la muerte decía: “…que no muera la vida y que muera el morir». Pero se murió.
Lo que verdaderamente me aterra de mi futuro de moribundo es llegar a ese estadio con sufrimiento y dolor (como le pasó a mi madre).
Me pregunto si no desearé que suceda cuando esté en los momentos finales e incluso antes. También me pregunto si cuando mi madre me dijo que llamara a la familia para despedirse, no estaría deseando ardiente y tristemente que por fin sucediera. Nunca lo sabré.
Y esta acepción de la terrible palabra, muere aquí.
La Fotografía: Boca abajo, morir boca abajo, para no ver nada ni a nadie.
Título: Murió mirando al suelo, sin pena ni daño