DICCIONARIO DEL TONTO
ORACIÓN: “Palabras con que se ora, generalmente sujetas a una fórmula establecida por liturgia por el culto”. RAE
Una de las diez acepciones recogidas. Si la Academia fuera subjetiva, o tal vez objetiva (no tiene porqué), y no se quedara en aburrida (a veces), al menos podría incluir dos o tres más (menos mal que no soy académico). A saber:
Una: -fórmula verbal, generalmente reiterativa y memorística, por la cual el ser humano cree que contacta con Dios, los Santos y las Vírgenes, luego imagina que es igual a Ellos-.
Los orantes se sienten observados singularmente por su Dios (si no, no creo que se tomaran tantas molestias). Podría decirse que es una actividad humana tremendamente curiosa, y desde luego nada práctica, ya que la corte celestial está a otro nivel: si son tan poderosos como dicen, seguro que no harán ningún caso al común de los mortales con sus ejercicios memorísticos.
Dos: -la acción de orar ha de expresarse de un modo vistoso con objeto de honrar al Dios al que se dirigen y, además, conseguir nuevos adeptos y creyentes-.
Los creyentes del Libro, por ejemplo, rezan con gran profusión de gestos y teatralidad: los musulmanes, arrodillados con la frente en el suelo; los judíos dándose contra un muro (lamentaciones) y, supongo, que arrepintiéndose de algo; y los cristianos, también de rodillas, pidiendo perdón y ayuda a Dios para todo tipo de necesidades.
Tres: -las oraciones elevadas a una divinidad pueden ser de muchos tipos y matices: peticiones, acción de gracias, meditativas y otras muchas; todas buscan obtener favor y atención para sí mismos, o para alguien, de la deidad que se trate-.
Con las oraciones el ser humano desplaza sus propias responsabilidades hacia un estadio intangible, irracional (producto de un sueño) y superior, sustentado en algo tan improbable como la creencia en lo que nunca ha sido visto.
Por último, se me ocurre pensar que todo aquel que ora mientras lo hace no mira en derredor y, probablemente, tampoco hacia sí mismo (está suspendido en un vacío quimérico e imposible), razón por la que los Dioses y las religiones han sido siempre tan apreciadas por los poderosos ya que les ha permitido dirigir y manipular a los pueblos en beneficio propio.
La oración forma parte del gran teatro del mundo, una de las grandes simulaciones masivas gracias a la cual el mundo puede mantener su precario equilibrio. Si no existieran las creencias y sus liturgias habría que inventarlas deprisa y corriendo.
La Fotografía: Los seres humanos han construido lugares destinados a la oración: grutas, conventos, iglesias, catedrales, y hasta una columna como el caso de Simón el Estilita, inventor del cilicio, lo que me hace pensar que algo no funcionaba bien en su cabeza. Incluso se han creado altas escuelas que enseñan a orar (los seminarios, como el de la fotografía), a pesar de tratarse de una actividad tremendamente sencilla. Se puede rezar en silencio y en la intimidad, pero los hombres y mujeres gustan de hacerlo en lugares ad hoc, y en compañía de otros correligionarios. Es, en esencia y de un modo práctico, una opción existencial y una actividad social. Gracias a esta inclinación gregaria se inventó el Arte, por lo que todos los que amamos esa noble actividad debemos estar muy agradecidos a la invención de Dioses, Creencias y Religiones, aunque algunos recemos poco o nada.