9 JUNIO 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Polán (Toledo)
Soporte de imagen
-DIGITAL 160
Fecha de diario
2021-06-09
Referencia
9615

EL MAPA DE LOS DÍAS

57. Lunes (31 de Mayo de 2021)
HERPES ZOSTER (la solución)
DÍA UNO: Un mes completo sufriendo una experiencia dolorosa, agresiva, ingobernable, imprevisible y siempre exasperante. Un golpe brutal en mi bajo vientre, costado y espalda de una absurda e inexplicable crueldad. Es exactamente lo que uno podría imaginar como un golpe de mala suerte, y que encima duele mucho.
Como vengo contando, he visitado médicos que me han recetado calmantes no curativos, interponiendo ante mi desesperada impaciencia un velo de ambigüedad, desinformación e ineficacia.
En cuanto a la información en internet: prolija, contradictoria, confusa y que dice, entre otras cosas, que el Herpes Zoster no se cura, lo que no ayudaba a tranquilizarme.
Ninguno de los médicos a los que he acudido me han hablado de un plan de curación, una hoja de ruta clínica que yo habría seguido afanosa y escrupulosamente, lo que ha ido desesperándome día a día, al mismo tiempo que el dolor aumentaba.
He llegado a pensar seriamente que tenía una enfermedad crónica, incurable, y que terminaría en una unidad de tratamiento del dolor.
Por circunstancias que no vienen al caso, hoy por la mañana he sabido de una señora que vive en un pueblo cercano (a tan solo veinte kilómetros de mi casa) y que aplica un tratamiento alternativo de curación rápida: de esos que podrían calificarse como naturales, tan mal vistos por los defensores de la ortodoxia.
Inmediatamente, he seguido esa pista, localizado a la señora y su dirección y, a las cinco de la tarde, ilusionado, me encontraba frente a la puerta de su casa.
Me ha recibido amablemente, dispuesta a ayudarme. No nos preguntamos nuestros nombres, aunque luego supe, indirectamente, que se llama Mercedes.
Me ha invitado a pasar a una pequeña habitación, tan solo amueblada con un tresillo y una escueta mesa. Ha reconocido con ojos expertos (parecía) mi herpes y ha dicho que era un herpes de medio cuerpo, o eso he creído entender. A continuación, con la seguridad de una actividad largamente ejecutada, y mientras charlaba incesantemente, me ha aplicado en la zona afectada, utilizando una pluma, una solución azulada contenida en un bote reciclado de tapa metálica (como de guisantes).
Mientras esperábamos a que la tintura se secara hemos charlado de todo un poco (en estas circunstancias el otro habla y yo permanezco callado, que es lo que en realidad sucedió): de tormentas y el daño que hacen a las huertas y cosechas; de los objetos que caen del espacio sobre la tierra haciendo un terrible daño (supongo que se refería a la chatarra espacial), y de alguna otra cosa que me resultó difícil de entender. No conseguía centrarme en la conversación, quizá porque solo lo estaba en mi herpes, preguntándome cómo era posible que un grupo de médicos, a lo largo de un mes, solo hubieran conseguido que empeorara y, esta humilde señora, se mostrara segura de que mi daño se curaría en tan solo los tres días que duraría la aplicación del ungüento. Sí, porque tengo que volver dos días más y no lavarme la tintura que me ha aplicado, lo que no haré por nada del mundo, claro…
La Fotografía: Una de las calles, luminosa, de primaveral e intenso colorido, por las que llegué a la casa de la todavía desconocida y aparentemente prodigiosa señora, entendida en curaciones difíciles.

Pepe Fuentes ·