5 JULIO 2021

DIGRESIÓN CUATRO. Burden. EE.UU. (2016). Dirección: Richard Dewey, Timothy Marrinan. Intervenciones: Chris Burden, Marina Abramovic, Vito Acconci…
Documental sobre el interesantísimo artista estadounidense Chris Burden (del que nada sabía).
Precursor del arte performativo más atrevido y revulsivo: ser blanco de un disparo (que no salió bien, o al menos como lo habían planeado, aunque tampoco salió mal, ni mucho menos, ya que cumplió plenamente el objetivo de que los focos le “enfocaran”); crucificarse en su coche (fue real, pero tuvo menos repercusión mediática); permanecer cinco días estático (tumbado) debajo de un cristal; o la primera de todas, encerrarse durante cinco días en su taquilla de la universidad para ilustrar su tesis.
El documental ofrece una exigua información sobre los presupuestos creativos de Burden en su primera época, a pesar de que insertan varias entrevistas que tan solo atienden a la vertiente e interpretación más simplista y llamativa. Puro show de probada eficacia.
En 1975 abandonó las experiencias performativas para dedicarse a realizar instalaciones de gran interés conceptual, impacto y belleza. El documental se detiene especialmente en algunas de ellas: Medusa’s Head (1999); Urban Light (2008); Bean drop inhotin (2008); Motorcycle (2009); Beehive bunker (2011); Metropolis II (2011); Zeppelin (2015), su última obra, un bellísimo dirigible translúcido que volaba en el interior de una gran sala.
Después de casi cincuenta años de creación, curiosamente se le conoce, sobre todo, por lo que hizo en sus cinco primeros años; sin embargo, la auténtica personalidad artística, interés e importancia está en las obras que realizó en los cuarenta años siguientes. El documental, serio y riguroso, ofrece, además, una considerable cantidad de entrevistas y testimonios de críticos de arte y gentes presentes en su vida que permiten entrever la compleja e introvertida personalidad e inteligencia creativa de Burden. Las obras realizadas en los últimos veinte años son impresionantes, no solo por su complejidad conceptual, sino, también, porque el acabado tecnológico y estético es pulcro, perfecto, bello. En Burden, se da, para mí, una de las premisas esenciales que debe cumplir el arte: hacer feliz a quién lo vea por la mera contemplación de la obra; por ejemplo, Urban Light (fotografía de hoy) lo consigue plenamente; o Zeppelin, asombrosa y hechizante.