DIGRESIÓN CINCO (1). Beuys. Alemania (2017). Dirección: Andres Veiel. Intervenciones: Joseph Beuys, Caroline Tisdall, Rhea Thönges-Stringaris. Documental.
Dice la ficha de Filmin, plataforma en la que emiten el documental: “Treinta años después de su muerte, Joseph Beuys sigue siendo un visionario adelantado a su tiempo” (tanto que se salió de órbita y debe andar en otra galaxia).
Perteneció al grupo Fluxus, la tendencia Neodadá del arte europeo de mediados del siglo pasado. Como es sabido, esta corriente procuraba disolver el arte en lo cotidiano y liberarlo de pesados y trascendentes fines (quizá, democratizar el arte mediante la universalización del hecho y objeto artístico). Beuys defendía que todo el mundo puede ser artista, es más, negaba su catalogación como artista mientras que no se considerara a todo el mundo como tal. No puedo estar más de acuerdo con ese planteamiento (una forma de llegar a la gloria y la exquisitez sin pasar duras pruebas).
Quizá, ahora, y gracias a la tecnología fotográfica, todo el mundo puede ser artista, mecánicamente claro, porque el hecho artístico no será sin un proceso reflexivo que lo sustente, me parece (por eso yo no soy artista y casi nadie puede serlo, a pesar del visionario Beuys).
Tenía un punto de locura, de enajenación, de iluminación, sumamente interesante. Fue un hombre carismático, de gran imaginación y, sobre todo, poseía una férrea voluntad y portentosa fuerza para llevar a cabo todo aquello que ideaba. Y, además, era muy simpático. En un momento del documental dice: “Tienes que agotarte hasta quedar hecho polvo, si no, no tiene sentido”. Claro, el esfuerzo, siempre el esfuerzo, imprescindible, necesario, porque si no, No…
6 JULIO 2021
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