MONÓLOGOS SOBRE ARTE
Capítulo uno
ARCO: Feria de Arte Contemporáneo 2021. Madrid.
2. Domingo, once de Julio de dos mil veintiuno.
Después de tanta insistencia en mis aproximaciones al Arte Contemporáneo algo tendría que haber aprendido porque incluso he leído algunos libros y artículos, pero nada, no siento que haya progresado nada en absoluto. Sin embargo, sí he llegado a una conclusión yo solito:
La libertad expresiva se ha expandido como nunca hasta ahora y, consecuentemente, el valor de la imaginación y la creatividad.
El artista plástico contemporáneo, sin límites formales, tiene que enfrentarse en soledad al mundo, al todo vale, a la durísima carrera que supone llegar a algún sitio, a los límites de su creatividad y a sí mismo.
Desde mi perspectiva, todos los artistas con obra en la Feria eran unos auténticos héroes.
No obstante, no todo es épica y poética, porque los artistas viven en un mundo terriblemente mediatizado y ellos mismos colaboran en el montaje: el Arte Contemporáneo se resiste a revelarse, a entregarse al criterio de las gentes sin reservas. Es esquivo y desconcertante, como si preservara secretos tan solo para iniciados y sufridos exploradores.
La Fotografía: Esta silla estaba en el suelo, tumbada y tan solo apoyada por el lado del respaldo con una maderita lo que hacía que se mantuviera en un frágil equilibrio sobre el puñetero suelo. Esta descripción puede parecer que encierra una crítica o ninguneo implícito, pero nada más lejos de mi intención, porque yo he realizado multitud de fotografías parecidas, de sillas, escaleras, marcos de cuadros vacíos y todo tipo de objetos generalmente deteriorados, con intenciones “artísticas”; y no, no creo que hayan sido plagios en ningún caso porque a mí ese tipo de composiciones siempre me han salido de muy dentro y sin mirar alrededor. Así que no sé qué pensar, hasta podría imaginarme yo también como artista contemporáneo, pero no lo haré, ni mucho menos.