EL MAPA DE LOS DÍAS
81. SÁBADO IV (4 de septiembre de 2021)
Cuatro cuarenta y dos, y Charlie sin venir. Hoy lo castigaré sin paseo.
Ayer hizo nada menos que cuarenta y tres años que me quedé huérfano de padre. Desde entonces, sigo llorándole casi a diario. Nada hay más importante que los padres para cualquier ser humano bien nacido; independientemente de lo que haya pasado entre ellos.
Ayer se fue Naty, es mi primer día sin ella. Nada hay más importante para un hombre que la mujer a la que ha amado de verdad durante mucho, mucho tiempo.
Ya no tengo padres, ya no tengo mujer, ahora me he quedado solo. Tengo un hijo y unas maravillosas nietas, pero viven muy lejos. Nada hay más importante para un hombre que un hijo y unas maravillosas nietas. Aunque no estén cerca y eso está bien para todos porque cerca puedo ser muy tóxico. Todos los padres y abuelos podemos serlo porque tendemos a enturbiarlo todo con nuestra estúpida y prepotente “experiencia”, que de nada sirve: lo vivido por los de ayer de nada les vale a los que les toca vivir ahora. A la mierda con la jodida y pretendida sabiduría de los carcamales, sería mejor que desapareciéramos todos. Somos unos lamentables espectáculos de pellejos, ignorancia e incompetencia… y además, ya no servimos ni para follar, ninguno lo hacemos, seguro…
La Fotografía: Otra performance, tan buena como si fuera de la Abramovic; pero lo único que hace que realmente no lo sea, es que yo me llamo Fuentes, es decir un Don Nadie; tan solo por ese pequeño detalle sin importancia, mi Performance no es Arte, es una Gilipollez. Dicho queda. Ah, una cosa más sobre la fotografía de hoy: está realizada en Pinedo (nadie sabe el origen de ese nombre, del que hablé ayer) y alude a que los viejos, lo mejor que saben hacer es ver la Televisión (yo también); pero eso, cuando hice esta fotografía, hace años, todavía no lo sabía. Luego, la foto no hay quien la entienda. A ver si va a resultar que es puro arte: el Arte lo es, sobre todo, si no se entiende, ni siquiera por quien lo realiza. Eso es lo mejor de esa noble actividad humana, porque lo que se entiende apacigua, y su fin último debe ser el contrario: preguntas, inquietud, misterio… palpitaciones de incomodidad que hagan que nos sintamos vivos.