13 NOVIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Imón (Guadalajara)
Soporte de imagen
-DIGITAL 640
Fecha de diario
2021-11-13
Referencia
1957

LOS MICROVIAJES: Provincia de Guadalajara. Segunda etapa (4): Sigüenza> Carabias, Palazuelos, Bujalcayado, Salinas de Imón, Imón, Atienza, Tobes, Querencia, Riba de Santiuste, Sines, Torrecilla del Ducado> Sigüenza.
Martes: veintiséis de Octubre de dos mil veintiuno.
Nada más dejarme caer por la ligera pendiente desde Bujalcayado al valle me encontré con una explotación de sal, casi abandonada, aunque había instalaciones activas que parecían escasamente productivas (la verdad es que de salinas no tengo ni puñetera idea).
Eludí la industria y aparqué a un kilómetro. Me dispuse a caminar por las instalaciones de secado, bastante extensas y solitarias. No era fácil saber si estaban en uso o abandonadas. En realidad, para mis propósitos de paseante con cámara (no tanto fotógrafo como sencillamente curioso de formas y geometrías, improbables ya), era lo de menos. Un brillante sol y un cielo de un intensísimo azul acompañaban, o más bien adornaban, mi sensación de feliz despreocupación.
La que bien podría ser una derivación de poco caudal del río salado (así se llamaba el agua que proveía de sal a las salinas), circundaba la amplia superficie que ocupaban los depósitos de secado. Tuve que dar un amplio rodeo para salvar el escueto lecho de agua y maleza. Enseguida encontré motivos fotográficos. Especulé con formas, texturas, reflejos, decadencia, e hice bastante toma. Me lo pasé estupendamente y nadie apareció a molestarme o a desalojar mí inocua intrusión. Lo agradecí porque suelen largarme de sitios así.
Se acercaba peligrosamente la hora de comer y comidas procuro no perderme ninguna. Suelo ponerme muy nervioso si no como a mí hora, que, aunque flexible, es inexcusable. Pensé (mal), que lo más fácil, dado que estaba cerca, era acercarme a Imón (25 habitantes), por si había algún restaurante. Quizá lo hubiera, pero no lo encontré. Concluí que no tenía más remedio que ir hasta Atienza, a 15 kilómetros. Eso hice. Paré en un odioso restaurante de carretera, a la entrada del pueblo según llegué. Comí un menú del día infame. Pero al menos comí, lo que me permitió neutralizar mi ansiedad. Mientras lo hacía reservé un hotel para el día siguiente en el mismo Atienza…
La Fotografía: Pues eso, lo que he dicho más arriba, depósitos donde el agua se evapora y queda el sedimento salino que luego industrializan, supongo. No sé, mi propósito era tan solo “artístico” pero creo que no lo conseguí del todo.

Pepe Fuentes ·