14 NOVIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Tobes (Guadalajara)
Soporte de imagen
-DIGITAL 160
Fecha de diario
2021-11-14
Referencia
2809

LOS MICROVIAJES: Provincia de Guadalajara. Segunda etapa (5): Sigüenza> Carabias, Palazuelos, Bujalcayado, Salinas de Imón, Imón, Atienza, Tobes, Querencia, Riba de Santiuste, Sines, Torrecilla del Ducado> Sigüenza.
Martes: veintiséis de Octubre de dos mil veintiuno.
Después de comer, vuelta en dirección este, hacia Tobes (26 Km). También estuve en ese pueblo hace ocho años y ya me pareció el más bonito e interesante de los abandonados en la zona.
No solo me pareció atractivo entonces y ahora por los restos del caserío, todo derrumbado, salvo algunos lienzos de muros por ser sólidos y de piedra bien trabada y enfoscada, sino porque de él se desprendía un misterio que no alcanzaba a vislumbrar. El diccionario de Pascual Madoz (1849), fija su población en 50 habitantes, y lo describe del siguiente modo: “Tiene 20 casas; la consistorial que sirve de cárcel; escuela de instrucción primaria frecuentada por 6 alumnos; una fuente de buenas aguas; una igl. parr. San Agustín…”.
Como en todos los pueblos que estaba visitando recorrí todo el recinto que, en este caso, era difícilmente reconocible, salvo por la iglesia, tapiada y a punto de desmoronarse. También caminé por los alrededores en los que se adivinaban restos de construcciones con el nacimiento de muros de apenas medio metro de altura, escondidos entre la maleza.
Cuando volví al pueblo, vi a una mujer casi tan mayor como yo que se escabullía detrás de una esquina.  Me apresuré a localizarla antes que desapareciera del todo. Por fin me la encontré de frente y me dirigí a ella: la saludé amablemente y le pregunté si tenía que ver con el pueblo. Me contestó que no, que vivía en uno cercano y que de vez en cuando se acercaba con alguna vecina a dar una vuelta porque les gustaba el sitio. A mí también, le dije. Un poco más allá divisé otra mujer que curioseaba entre los restos derruidos. También pregunté a la mujer (tan mayor como yo) por si había algún pueblo habitado cerca, -me contestó que, en Querencia, a tan solo tres o cuatro kilómetros, vivía una pareja joven-. Nos despedimos cordialmente y pensé en ir inmediatamente a ese pueblo, a ver si tenía suerte, hablaba con alguien un rato, y así me enteraba de algo de lo que no conseguía enterarme.
La Fotografía: Ahora, cerca de la fuente donde todavía corre el agua, se encuentran una cueva de bastante extensión longitudinal en la que no hace mucho tiempo (no sé cuánto), intentaron habilitarlas y decorarlas. Las abandonaron sin terminar. La idea parecía quimérica y sin aparente sentido práctico. Me resulta curioso que en estos solitarios lugares se realicen intentos, generalmente fallidos, de construir o rehabilitar sobre lo ya truncado y difícilmente recuperable, por una sencilla razón: no hay nadie que pueda insuflar aliento al propósito. Sin presencia humana no hay modo de hacer vivible lo ya invivible.

Pepe Fuentes ·